El Teke-Teke una espeluznante leyenda urbana

 "Tek-tek" o "Teke-teke", es una historia que sucedió hace mucho tiempo. Es sobre una joven que murió al caer debajo de un tren y ser cortada por la mitad. En vida era una chica asustadiza e impresionable, y eso la hacía blanco frecuente de bromas pesadas.

Un día de verano (temporada de cigarras en Japón) esas bromas fueron demasiado lejos, y sus compañeros, viéndola que esperaba el tren con la mirada perdida, se acercaron sigilosamente por atrás y le lanzaron una cigarra en el hombro, haciéndola dar un brinco que la hizo terminar en las vías férreas, donde un veloz Shinkansen (tren de alta velocidad) la partió en dos. 

Desde ese día, ella pena cerca de las estaciones, buscando acabar con bromistas como los que la precipitaron a su muerte, aunque no duda en acabar con inocentes también... Se dice que ronda por las noches, en el imperio del sol naciente, arrastrando con las manos la mitad superior de su cuerpo. Cada vez que se mueve, hace un "teke-teke" como sonido y va cortando con su guadaña a la gente. 

Ella es también conocida como "Knock-Knock" (de nuevo, el sonido que hace al golpear los codos con el suelo) o "La niña que se mueve con los codos. Hay una historia sobre un joven que salía tarde de la escuela, cuando escuchó un ruido detrás de él. Cuando miró hacia atrás, observó una hermosa muchacha sentada en una ventana. La niña tenia los brazos apoyados en el alféizar de la ventana y estaba mirándole. Se preguntó por qué estaba allí, ya que era una escuela exclusivamente para varones.

Cuando la chica se dio cuenta que este la miraba, sonrió, y de repente, saltó por la ventana y aterrizó en el suelo del exterior. El muchacho se dio cuenta con horror, que le faltaba la mitad inferior de su cuerpo. Ella se dirigió hacia él, arrastrándose por el suelo haciendo un espeluznante "tek-tek-tek-tek-tek".

El muchacho se llenó de terror y repulsión. Trató de correr, pero por el miedo quedó congelado y no se pudo mover. En cuestión de segundos, la niña estaba encima de él, sacó su guadaña y lo cortó por la mitad, para convertirlo en uno de los suyos. La policía llegó al lugar a la mañana siguiente, encontraron restos del chico, y a pesar de que buscaron durante semanas, nunca pudieron encontrar la parte superior de su cuerpo...

Muy semejante a la leyenda del Teke Teke, es la leyenda de Kashima Reiko, una chica que también murió pisada por un tren, aunque no fue dividida en dos sino que simplemente perdió sus dos piernas. 

Desde entonces, dicen que ronda por los baños en busca de víctimas, toca la puerta y pregunta al ocupante que dónde están sus piernas. Kashima espera que la persona le diga que sus piernas están en la Estación Meishin, y que fue ella misma quien se lo dijo. Si la víctima responde indebidamente, Kashima le arrancará salvajemente sus propias piernas.
 

Desde otro ángulo muy diferente, esta leyenda, al igual que la de Kashima Reiko, constituye una proyección simbólica, a nivel de las tradiciones orales, del miedo a sufrir una muerte particularmente terrible. 

De allí que, tanto el Teke Teke como Kashima, no se contentan con aterrorizar sino que buscan hacer que otros mueran de la misma manera; aunque estas situaciones, como bien puede intuirse, están vinculadas a una tendencia cultural que ha atravesado diversas épocas y lugares: la tendencia a percibir a los fantasmas como entes malignos.

De todas formas, estas sencillas explicaciones no invalidan la posibilidad de que algunas víctimas de trenes japonesas hayan quedado partidas por la mitad y posteriormente hayan penado. Así que, si el lector va algún día a Japón, será mejor que no ande solo de noche en las estaciones de tren, porque podría ver algún fantasma partido arrastrándose y, si está cerca de las vías del tren, el susto podría ser suficiente para hacerlo caer y convertirse en un Teke Teke más…

Se dice que los niños que juegan en el atardecer y pierden la noción del tiempo, ya están en peligro de padecer la presencia de este extraño ente.