Padre e hijo salieron de excursión rumbo a la montaña. El padre le había prometido llevarle a un lugar encantado, y a pesar del esfuerzo subían ilusionados.
– Hemos llegado- Le dijo el padre con una sonrisa misteriosa-. Grita lo que quieras y vas a ver lo que sucede.
– ¡¡¡¡AAAHHHHHHHH!!!!- gritó el niño sin estar muy seguro de lo que hacía.
Para su sorpresa, alguien repitió el mismo grito:
-¡¡¡¡AAAHHHHHHHH!!!!
Lleno de curiosidad, el niño preguntó a gritos:
– ¿Quién eres tú?
Recibió de respuesta un “¿quién eres tú? Idéntico al suyo.
Enojado con la respuesta, gritó:
-¡Cobarde!
“¡Cobarde!, le respondió también gritando la voz desconocida.
El niño miró desconcertado a su padre y le preguntó:
-¿Qué es lo que pasa en este lugar encantado?
-Presta bien atención- le dijo sonriendo el padre y gritó con todas sus fuerzas:
-¡Eres maravilloso!
La voz respondió:
-¡Eres maravilloso!
El niño estaba asombrado, pero no entendía. Entonces, el padre le dijo:
– La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida. Ella te devuelve todo lo que dices y haces. No olvides nunca, hijo, esta lección. Si quieres recibir bondad, comprensión, cariño, dalos tu primero.