Fin de semana, al fin, mis amigos y yo decidimos celebrar el cumpleaños de uno de ellos en
una cabaña, situada en un pueblo a unas horas de nuestra ciudad.
No todos pudieron, así que un amigo y yo nos adelantamos, total, mañana llegaran los demás y celebraremos en grande.
No todos pudieron, así que un amigo y yo nos adelantamos, total, mañana llegaran los demás y celebraremos en grande.
Es extraña esa sensación de ir en la carretera y que curiosamente este sola, por ser fin de semana es inusual, todo está en oscuridad, excepto por la corta distancia que alcanza a iluminar los faros del auto, ir viendo el paisaje de noche en la espera de que algo aparezca, de ver una sombra fuera de lo normal, estar a la espera de que suceda algo, esos pensamientos circulan mi mente cuando de pronto tengo que frenar abruptamente, maldito perro que ha salido de las sombras, al igual que nosotros, se ve alterado.
Paramos en una gasolinera en un pueblo cercano, a tomar un descanso, me sigue inquietando que todo este solo y en silencio, siento la punzante sensación de que alguien esta tras los árboles o entre las paredes, que nos vigilan inquietos subimos al auto, al ver por el espejo retrovisor juraría ver una sombra ocultándose entre los arboles a nuestras espaldas, no pienso bajar a confirmarlo y seguimos el camino.
Solo al llegar al pueblo, una pequeña tranquilidad llega a mi, son las fiestas patronales, hay gente, hay luces, hay ruido, automáticamente llega esa pequeña sensación de alivio y confort, de que nada puede suceder.
Nuestra calma se va más pronto de lo esperado, al circular por el camino a la cabaña, al estar todos en la plaza, las calles están solas y oscuras, un guardia nos recibe en la entrada del camino y nos indica que ruta tomar, es la única luz que se ve en kilómetros la de su pequeña caseta, mientras recorremos el camino se llena de neblina, curioso, ¿no?.
Al llegar, solo vemos la silueta de la cabaña, nos apresuramos a encender todas las luces para librarnos de la maldita oscuridad, y verificar que las demás puertas estén cerradas, antes de ir a la plaza, de repente sentimos un escalofrío, ya que a nuestras espaldas la puerta de la entrada rechina y lentamente de cierra, mi amigo se ve notoriamente asustado, yo espero no mostrar la misma cara que él.
Saliendo de la cabaña, nos percatamos de que en la mayoría de los arboles hay cruces, pienso que en ocasiones la gente las pone para dar un toque más lúgubre al lugar, intento no pensar en ello y subimos al auto, me pregunto si mi amigo notó como yo, el suave movimiento de la cortina de la ventana frente a nosotros, no quisiera alarmarlo él ya está asustado.
Por un tiempo olvidamos el tema y solo nos divertimos, hasta la hora de volver, son las 4:00 a.m., me pregunto si el camino siempre tuvo tanta niebla, la radio no funciona y me doy cuenta del silencio en el entorno, solo roto al escuchar como violentamente se mueven los árboles, y suena fuertemente el viento, siempre hace ese ruido o me sugestiono solamente.
Al llegar a la cabaña, solo intento concentrarme en dormir un poco, escucho pasos y espero que sean de mi amigo, que intenta calmar sus emociones paseando un poco, cuando estoy al fin por dormir, escucho claramente que arrastran una silla y salgo a comprobar, todo está en orden, fuera, por la ventana veo unos destellos rojos fijos en mí, enciendo rápidamente la luz y al intentar comprobarlo me doy cuenta de que no hay nada más, vuelvo a la cama, espero poder dormir.
Al día siguiente, con el cuerpo y la mente más relajados piense que todo fue una alucinación y evito hablar de ello con mi amigo parece que no tuvo una buena noche, pero me menciona unas pisadas en la sala, justo donde se escuchó que arrastraban la silla, para no asustarlo y calmarme a mí mismo le comente que quizá fuimos nosotros al entrar, parece que lo convencí.
Al salir al exterior sentí un escalofrío en toda la espalda, la ventana en la que vi esos destellos, tiene las mismas pisadas y lo que parecen huellas de manos, como si alguien nos observara desde fuera.
Antes de subir al auto para ir al pueblo, puedo ver en el segundo piso con más claridad una sombra, asomándose por la ventana frente a nosotros, y el mismo destello rojo que ahora me doy cuenta, son los ojos de esa entidad, la que nos observó anoche, y pienso, que quizá, no todo es mental como queremos aparentar, quizá hay algo más, algo desconocido y simplemente no siempre lo vemos.
Ya de camino evito contarle algo a mi amigo, me quedo con el pensamiento de que aun debo quedarme otra noche y que habrá más gente, con suerte no pensare en ello, y, quizá pueda olvidar lo que vi en esa ventana.