La Extraña Historia de Charlie Noonan. La leyenda tras una fotografía.


Como siempre decimos: una imagen dice mas que mil palabras al momento de tratar de probar algún hecho relevante, sin embargo hay hechos que son de naturaleza tan mórbida y aterradora que sus pruebas (imágenes) son chocantes e incitan al miedo. 

Cuando se tiene vocación y amor por un cierto oficio, nos motiva a donde sea que queramos llegar y es eso lo que le ocurrió a Charlie Noonan, pero lamentablemente nunca se supo mas de el.

El sur de Estados Unidos está lleno de historias macabras y leyendas, sin embargo, la historia de Charlie Noonan no se considera de ninguna de los dos; todo lo contrario: si se pregunta a los viejos o a los versados en estas historias, dirán que es real.

Charlie Noonan era un Folclorista amateur o aficionado, el cual le interesaba mucho saber sobre las costumbres tanto religiosas como cotidianas de las culturas, ya que el folclore es el que representa las costumbres y pensamientos de un pueblo, etnia o grupo determinado. 
 
En este caso le gustaba viajar por su país conociendo las diferentes costumbres de algunas áreas en donde solían vivir inmigrantes durante 1944 y 1961. En sus viajes solía hacer una recolección de adecdotas, cuentos populares e historias relacionadas a lo sobrenatural, un tema que fascinaba a Noonan.

Este hombre viajaba de lugar en lugar para recolectar conocimientos de los distintos grupos sociales, este viajo principalmente por el sur y suroeste de los Estados Unidos, y últimamente le habían tocado varios casos de historias y hechos relacionados con lo paranormal. 
 
Pero según Ellie, su esposa, Charlie escuchó la historia de una extraña mujer en Oklahoma. Una mujer que, a decir de los granjeros aledaños, no era tal, sino algo más. Una presencia oscura disfrazada bajo los ropajes de una anciana, siempre acompañada por un enorme perro; para algunos era un pastor alemán, otros debatieron sobre la raza. Lo único claro es que el perro era grande y muy bravo.

Esto, por supuesto, llamó la atención de Charlie Noonan, quien, sin perder tiempo, empacó su cámara fotográfica y se fue a recorrer los caminos rurales de Oklahoma, entrando más y más en el sur, alejándose a cada paso de toda civilización.

El campesino aseguraba que la mujer de hecho no era una mujer, sino algo que ocultaba su verdadera naturaleza detrás de una pañoleta y que jamás había sido vista sin la compañía de un enorme perro a su lado. 
 
Noonan quedó lo suficientemente intrigado como para tratar de contactar a la misteriosa señora durante uno de sus viajes. Así el hombre llego a la granja y es desde este punto en que no se supo nunca nada más de Charlie Noonan.

Tiempo después Ellie Noonan fue contactada por un prestamista de Tulsa quien recordó haber leído acerca de la desaparición de su esposo, después de haber encontrado su nombre grabado en una cámara que le fue vendida por un vendedor ambulante.

Al parecer la cámara se la vendió un itinerante de esos que van y vienen y que según dijo la había adquirido a precio de ganga en Oklahoma. El texano hizo lo que en aquella época debió ser una compleja investigación y envió el estuche con una caballerosa nota a la señora de Noonan.


El prestamista regreso la cámara y así la señora Noonan tomo el rollo para revelarlo, con esperanza  de saber o tener algo de información con la extraña desaparición de su esposo.  

Cuando reviso la única y ultima foto que se había tomado con la cámara la esposa queda muy perturbada, ya que en la imagen sale la foto de esta “mujer” y el enorme perro que la acompañaba, esta imagen quedo registrada así y es la que estas viendo, obsérvala y saca tus propias conclusiones.

Muchas veces nuestra curiosidad humana nos motiva a realizar muchas cosas, lo malo es no distinguir si nos estamos adentrando a algo bueno o a algo malo, como en el caso de Charlie Noonan.